Actualización: El 6 de septiembre, los diputados de la Asamblea Legislativa con excepción de los del partido ARENA, prohibieron el uso de 53 ingredientes activos de agroquímicos en el país. A los ingredientes se les debe retirar del mercado dentro de uno o dos años, y los importadores deben asegurar que sus clientes entiendan el uso correcto de los pesticidas permitidos. Mientras que CAMAGRO y COENA, órgano del partido ARENA, mantienen que la decisión perjudicará la producción agrícola, los más directamente afectados por la insuficiencia renal celebran este paso positivo que busca remediar esta masiva crisis de salud en El Salvador.   Durante las ultimas tres semanas, La Prensa Gráfica, uno de los periódicos más grandes del país, ha estado reportando sobre los niveles catastróficamente altos de la enfermedad renal en el país. Las noticias se han enfocado en el municipio de San Luis Talpa, ubicado una hora al este de la región del Bajo Lempa en El Salvador, lugar que desde el principio del año reporta casi sesenta muertes a resultado de la insuficiencia renal. Los altos niveles de enfermedad renal en El Salvador empezaron a aparecer en los titulares principales de los rotativos el 14 de agosto, día en cual el muestreo para realizar los análisis de agua y tierra dirigido por el Instituto de Medicina Legal confirmó la presencia de contaminantes en San Luis Talpa. Mucho menos se menciona en la prensa, sin embargo, de la conexión entre los peligrosos agroquímicos importados por figuras políticas derechistas y un propuesto proyecto de ley para la regulación de estos mismos introducido por el Ministerio de Salud como un esfuerzo para combatir la crisis de salud.   Salvador Menéndez, el alcalde de San Luis Talpa, declara que un promedio de ocho de cada diez familias tiene un miembro padeciendo de enfermedad renal. “Yo no estoy pidiendo nada alarmante.”, dijo Menéndez, “lo que pido es que me ayuden”. Un estudio del 2009 indica que 18% de trabajadores en la cercana región del Bajo Lempa padecen de enfermedad renal crónica. Actualmente, la insuficiencia renal es la primera causa de ingresos hospitalarios en el Hospital Nacional Rosales, y es la causa número uno de muerte entre los hombres a nivel nacional. La región del Bajo Lempa históricamente ha sido un área de alta producción agrícola, particularmente de algodón, y, más recientemente, de la caña de azúcar. La cultivación de algodón requiere uso de agroquímicos fuertes, y muchos que se han utilizado en El Salvador son altamente tóxicos y estrictamente regulados o prohibidos internacionalmente. Además de la contaminación por pesticidas en la tierra por producción agrícola en regiones vecinas, Menéndez también cita la presencia de 19 toneladas de un pesticida, Toxafeno, almacenado indebidamente en una fábrica abandonada de productos químicos, como un factor importante que contribuye a la mala salud de su población. Dispuestos a recurrir al sensacionalismo para reportar las muertes, los principales medios de comunicación le han puesto menor atención a un esfuerzo renovado de introducir un proyecto de ley para la regulación de agroquímicos en la Asamblea Legislativa de parte del Ministerio de Salud en las próximas semanas. Lourdes Palacios, una legisladora del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional avisa que, aunque la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas ha ofrecido su apoyo, es improbable que este proyecto de ley sea ratificado, diciendo que “Aquí hay intereses económicos muy fuertes”. Alfredo Cristiani, el presidente de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) es uno de los principales importadores de agroquímicos en El Salvador. ARENA y CAMAGRO, La Cámara Agropecuaria y Agroindustrial de El Salvador, insisten que no hay evidencia conclusiva que vincule el uso de pesticidas con la enfermedad renal.