El martes, 28 de marzo, en una sesión especial del Organización de Estados Americanos (OEA) que fue convocado para discutir la expulsión de Venezuela de la organización multilateral, El Salvador su unió a otros catorce países de Latinoamérica y el Caribe en votar a no abrir esta discusión porque violaría las propias reglas internas de la OEA en contra de la intervención en asuntos internos de países miembros.

La sesión especial fue convocada por el Secretario General Luis Almagro, quien ha hecho su misión principal como encargado de la OEA la intervención en conflictos políticos internos de Venezuela a favor de la oposición derechista de Venezuela. Según el embajador venezolano a la OEA, “Almagro no está actuando solo, él es un conducto para las ordenes que les dicta desde Washington.” Durante la sesión especial, varios países señalaron las motivaciones políticas de Almagro, notando que no tuvo ningún interés en discutir el golpe ilegal en Brasil que desalojó el gobierno popularmente electo de Dilma Rousseff el año pasado, sustituyéndolo con un régimen neoliberal y de derecha.

Recientemente el Departamento de Estado de los EEUU hizo una gran campaña de presión dirigida a los estados miembros de la OEA para tomar acciones en contra de Venezuela. En la semana antes de la sesión especial, los Estados Unidos y 13 otros países publicaron una declaración conjunta exigiendo que Venezuela celebre elecciones programados para el próximo año inmediatamente y que inmediatamente libere algunos llamados presos políticos, refiriéndose a líderes de la oposición de extrema derecha del país quienes están cumpliendo condenas después de ser condenados por incitar violencia en el atentado a derrocar el gobierno popularmente elegido de Presidente Nicolas Maduro. Protestas violentas organizadas por la oposición de derecha en 2014 resultó en 43 muertos.

El día anterior de la sesión especial, cuando estuvo claro que había profundas divisiones entre los países miembros de la OEA en cuanto discutir la expulsión de Venezuela o no, el senador de Florida Marco Rubio amenazó a El Salvador, Haití y la República Dominicana con posibles recortes en ayuda de desarrollo que reciben de los EEUU si no apoyaban el ataque en contra de Venezuela. Eugenio Chicas, secretario de prensa del Presidente Salvador Sánchez Cerén, respondió a las amenazas: “nos extraña el desconocimiento de Marco Rubio de tratados internacionales, instrumentos internacionales que miden y norman la cooperación,” dijo, agregando que la ayuda internacional corresponde a acuerdos firmados entre los dos países y no a la “presión política”.

El Salvador, Haití y la República Dominicana mantuvieron sus posiciones y votaron a no abrir discusiones acerca de la expulsión de Venezuela; sin embargo, la coalición de países de derecha, sumiso a los EEUU prevaleció para votar a abrir la discusión. Después de seis horas de debate que incluyo altas tensiones, insultos y amenazas de desistir, la OEA fue incapaz de llegar a un consenso y la sesión fue cerrada sin ninguna votación acerca de la expulsión de Venezuela. Por su parte, el presidente de Venezuela Nicolas Maduro dice que su país empezará discusiones en cuanto salir de la OEA totalmente y en vez enfocar en otros cuerpos de integración regional que no son dominados por los Estados Unidos.

Mientras que la sesión se tomaba acabo, activistas de CISPES se unieron con otros internacionalistas afuera del edificio de la OEA para manifestar en contra de Almagro y la interferencia de la OEA en los asuntos soberanos de Venezuela.