Comunicado de Prensa: Organizaciones estadounidenses y salvadoreños denuncian condicionamiento de FOMILENIO

Comunicado

San Salvador – 6 de junio de 2014

Hoy nosotras, organizaciones de solidaridad con base en los Estados Unidos—el Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (CISPES), Ciudades Hermanas, la Fundación SHARE y la Red Uniendo Manos El Salvador (RUMES)—vamos a entregar a la Embajada una carta firmada por 1000 ciudadanos y residentes estadounidenses denunciando la manipulación de los Fondos de Milenio en contra de la política actual de compra de semillas para los paquetes agrícolas, distribuidas como parte del Plan de Agricultura Familiar por el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Compartimos la preocupación de nuestros aliados salvadoreños frente esta intromisión de la Embajada en políticas soberanas del país, y declaramos nuestra solidaridad en su lucha para defender la compra de semillas nacionales. La compra de estas semillas, agilizada por un decreto aprobado por la Asamblea Legislativa en 2012 y renovado en 2014, se ha convertido en un componente fundamental del Plan de Agricultura Familiar, lo cual ha generado empleo e ingresos para familias salvadoreñas y resultado en cosechas record en 2012 y 2013. El programa está beneficiando más de 400,000 productores pequeños y sus familias este año, y ha sido aplaudido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el mismo gobierno de los Estados Unidos.

Sin esta provisión, miles de productores pequeños y medianos serían excluidos de la oportunidad de vender sus semillas al gobierno solo por el hecho de ser empresas pequeñas. De esta manera, el decreto para promover la producción domestica de semillas de maíz y frijoles también ha logrado romper un monopolio mantenido por muchos años por pocas empresas. Las semillas nacionales también tienen la ventaja de ser nativas, resistentes a las condiciones climáticos de El Salvador, y una parte fundamental de su cultura.

Como ciudadanos estadounidenses, nos indigna que la Embajada invoca al tratado de libre comercio (TLC) CAFTA para exigir que el gobierno de El Salvador quite la provisión que promueve la producción de semillas por productores nacionales pequeños, con claras intenciones de avanzar los intereses de empresas agrícolas transnacionales. Los EEUU no tienen ningún derecho de amenazar a este programa exitoso que resulta esencial para que El Salvador avance hacia la seguridad y soberanía alimentaria de manera sostenible y equitativa.

La invocación de CAFTA en el tema evidencia que las preocupaciones compartidas por nosotros y nuestros aliados salvadoreños sobre el peligro de los TLC son justificadas—especialmente la preocupación sobre competencia injusta de agricultura estadounidense subsidiada y la injerencia en temas soberanos de El Salvador—lo que hace necesaria que seguimos acompañando su resistencia a la implementación de CAFTA.

No es la primera vez que hemos observado la manipulación del proceso de aprobación del FOMILENIO II a favor de ciertos grandes intereses económicos, como fue el impulso de la Ley de Asocios Público-Privados como requisitito para el desembolso, a pesar de amplia resistencia desde organizaciones ambientales y sindicales salvadoreñas.

En el marco de la toma de posesión del nuevo Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, resultado de una transición de poder pacífica, nos alegramos ver el Departamento del Estado tomar una posición de respeto del proceso democrático en El Salvador. Sin embargo, hoy las acciones de la Embajada nos preocupa gravemente en cuanto al respeto que tiene nuestro gobierno por la soberanía salvadoreña y el derecho del estado salvadoreño a desarrollar y promover las políticas publicas que seguirán disminuyendo la pobreza a través del apoyo para las cooperativas y los micros, pequeños y medianos productores.

Por lo tanto, exigimos que la administración de Obama cese de condicionar los Fondos de Milenio, y que deje su presión para cambiar este y otros programas exitosos que han sido implementados a través de los procesos democráticos y soberanos salvadoreños para reactivar el tejido productivo del país. Nos solidarizamos con las organizaciones ecológicas, campesinas, sindicales y comunitarias salvadoreñas en su lucha para defender la compra de semillas nacionales a través del Plan de Agricultura Familiar, y denunciamos cualquier ingerencia de nuestro gobierno en su contra. La cooperación internacional debe ser instrumento de apoyo y respeto, y no de imposición y chantaje.

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