El 11 de septiembre de 2013, día que marcó el 12 º aniversario de los ataques a las torres gemelas y el 40 º aniversario del sangriento golpe de estado amparado por Estados Unidos que destituyó al presidente Allende en Chile, los activistas hicieron frente a la lluvia, reuniéndose en San Salvador en protesta a la propuesta intervención militar de los Estados Unidos en Siria. El grupo se reunió en la capital en el simbólico monumento de El Salvador del Mundo frente a la embajada de Israel con carteles enormes y coloridos pintados a mano durante la primera parte de la mañana, y luego procedió a visitar las embajadas de Francia y EE.UU. en una caravana móvil antes de terminar frente al centro de la ONU en San Salvador. Los manifestantes se reunieron frente a las embajadas cuyos países han manifestado su apoyo al presidente de EE.UU., Barack Obama, para bombardear Siria. Muchos activistas expresaron su solidaridad con Siria debido a la propia larga historia de El Salvador de intervenciones estadounidenses en el país; se destacan, por ejemplo, los 4 mil millones de dólares de ayuda militar al ejército brutal del país durante su guerra civil de doce años que se desató entre 1980-1992. "Antes de atacar a Siria, se deben agotar todas las opciones diplomáticas, como escuchar la propuesta de Rusia para examinar el armamento de Siria", expresó Damián Alegría, diputado suplente del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). La manifestación del 11 de septiembre en apoyo a la autonomía para el pueblo de Siria fue organizada por redes de intelectuales salvadoreños, artistas, activistas estudiantiles, y organizaciones de solidaridad religiosa e internacionales, todos comprometidos a elevar sus voces en contra de este actual caso de intervención estadounidense en el Medio Oriente. A pesar de las condiciones climáticas pesimistas, los activistas mantuvieron el ánimo, gritando " ¡Solidaridad internacional con el pueblo de Siria!" mientras bailaban y tocaban música. La visita a la embajada de EE.UU. fue la única que recibió una línea de policía y de trabajadores de la embajada que documentaron  y tomaron notas de la manifestación.