CISPES denuncia las detenciones de líderes de la oposición en El Salvador y se une a organizaciones salvadoreñas e internacionales para pedir su liberación inmediata
Entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, ocho dirigentes del destacado grupo opositor Alianza Nacional El Salvador en Paz fueron detenidos por la policía salvadoreña. Entre ellos se encontraban dos dirigentes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), José Santos Melara y Atilio Montalvo, uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz de 1992.
Sus detenciones se producen en vísperas de la toma de posesión de Nayib Bukele, el sábado 1 de junio, y constituyen un intento flagrante de intimidar y sofocar la oposición al segundo mandato inconstitucional de Bukele, mientras Alianza Nacional El Salvador en Paz, junto con otros grupos de movimientos sociales populares, encabezan un llamamiento a los salvadoreños y activistas solidarios de todo el mundo para que protesten contra contra los abusos de poder de Bukele.
Dada la suspensión de derechos civiles en virtud del actual régimen de excepción, existe una gran preocupación que los dirigentes, todos ellos de edad avanzada, no tengan acceso a abogados ni a atención médica básica mientras permanezcan recluidos en el hacinado y sobrecargado sistema penitenciario salvadoreño. A la urgencia del asunto se añade el hecho de que Atilio Montalvo ha sido operado recientemente del corazón y requiere diálisis rutinarias.
El Comité de Solidaridad con el Pueblo Salvadoreño (CISPES) condena este flagrante ataque contra líderes de la oposición, el último ejemplo de persecución bajo el mandato de Bukele. Rechazamos el intento de difamar a los líderes de los movimientos sociales como terroristas, cuando lo cierto es que es el gobierno salvadoreño quien aterroriza a diario a las comunidades marginadas, a los activistas y a los periodistas.
Exigimos la liberación inmediata de los ocho organizadores. También pedimos que cesen los ataques contra opositores políticos y las tácticas represivas destinadas a sofocar la disidencia. Pedimos al Departamento de Estado de Estados Unidos que se haga eco del llamado a su liberación y que detenga la asistencia a las fuerzas militares y policiales salvadoreñas.