Reportajes salieron a la luz este año que un aliado de mucho tiempo de CISPES, Héctor Perla, sexualmente agredió una de sus alumnas mientras servía como profesor en la Universidad de California, Santa Cruz. Según el abogado de la sobreviviente, oficiales de la universidad ignoraron casos previos de mala conducta sexual de Perla hacia estudiantes, así permitiendo que más daño pudiera pasar.

Ante el conocimiento del asalto y de otros reportajes de acosos por Perla, ha provocado un proceso interno dentro de nuestra organización, incluyendo muchas conversaciones y profundas reflexiones sobre los valores feministas y de anti-opresión de CISPES, y cómo podemos trabajar para crear una cultura organizativa que combate la misoginia, violencia sexual y de género, y que hace responsable a nuestros miembros y a la organización entera a estos valores.

Como primer paso, estamos publicando este pronunciamiento público, lo cual fue mandado directamente a Perla.

Primero, queremos expresar nuestra empatía y solidaridad con la sobreviviente del asalto, con quienes llevaron las denuncias que tal vez fueron ignorados por la universidad, y con ellos quienes han sido dañados por Perla pero no hicieron ninguna queja formal.

CISPES tiene un compromiso a luchar en contra de la opresión interseccional, y por eso hemos decidido formalmente terminar nuestra relación con Héctor Perla.

Sabemos que para asegurarnos que el trabajo que hacemos funcione en servicio de la liberación, es necesario validar el dolor, la indignación y la frustración de aquellos quienes están afectados por diversas y interseccionalesformas de opresión. Como organización, nos comprometimos a seguir educándonos para asegurar que estamos activamente luchando la cultura de violación. También nos comprometemos a desarrollar una práctica más activa de identificar y abordar manifestaciones de la cultura de violación, heterosexismo, patriarcado y misoginia dentro de nuestra organización.

Como CISPES, nos comprometemos nuevamente a la lucha contra la violencia sexual y de género en nuestro movimiento y en nuestras comunidades. Las raíces de dominación y terror en contra de muxeres y personas de género no binario corren profundamente en nuestra sociedad. El trabajo de erradicar esta dominación y terror es a su raíz un proceso largo y aleccionador. Reconocemos que este no es un incidente aislado y que CISPES no es inmune a los efectos de la cultura de violación.

Reconocemos también que demasiado y frecuentemente dentro de nuestro movimiento, el trabajo de hacer denuncias públicas sobre el sexismo y la misoginia cae sobre muxeres y personas femme (personas con identidad o presentación femenina). Frecuentemente sus preocupaciones son descartadas como “divisivo” o “reacción exagerada,” y frecuentemente sus experiencias son invalidadas y dudadas. Seguiremos enfrentando y rechazando estas dinámicas no solo dentro de CISPES pero también en nuestro trabajo en el movimiento amplio.

Desde su fundación, CISPES ha actuado basada en una visión de autodeterminación y justicia social. Mientras nuestro trabajo se enfoca en la solidaridad con El Salvador, nuestra visión nunca ha sido limitada a un país o un grupo de personas. Entendemos la solidaridad como un apoyo mutual en la lucha para acabar con toda forma de opresión y injustica mientras construimos una sociedad en la cual el bienestar de todas personas está apoyado, sin importar raza, genero, sexualidad, habilidad y más. Practicando un feminismo interseccionales central para la lucha colectiva. Nos comprometimos nuevamente a honrar estos valores cada día mientras salimos adelante.